Hitos:

1. La hoja de coca en el Imperio Inca:

En la época preincaica, la hoja de coca era consumida por todos los habitantes en general. Sin embargo, al iniciarse el Imperio Inca, se restringió el consumo de este producto bajo pena de ley debido a que se consideraba a la hoja de coca como un elemento místico y divino al que sólo podía acceder el Inca y la clase alta del Imperio a través de ceremonias religiosas o porque el Inca otorgaba pequeñas bolsas con hojas de coca a sus servidores favoritos como un obsequio.

Como la hoja de coca era considerada un elemento muy valioso de la época, empezó a formar parte del sistema económico Inca donde se realizaban trueques. Así, la hoja de coca era intercambiada por otros productos del mismo valor e importancia. Es necesario mencionar que los pobladores tenían que dar tributos al Inca, los cuales, en su mayoría, se veían representados en la fuerza de trabajo. Por lo que varios indígenas trabajan exclusivamente en el área relacionada al cultivo de hojas de coca que eran propiedad del Inca.

El cultivo de la hoja de coca necesitó de toda una administración donde primero se tuvo que preveer en que chacras se iba a plantar este producto, establecer un régimen de cargadores que tenían que transportar las cosechas de hojas de coca y, asimismo, formar un grupo de protección armada porque esta planta era muy codiciada por los pobladores y las cargas de este producto podían ser robados.

Por otro lado, en la decadencia del imperio Inca, el consumo de la hoja de coca se amplió en toda la población, ya que se vio intensificada por la crisis económica, política y social que se vivía, por lo que el masticado de la hoja de coca se convirtió en un hábito diario.
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2. EL Comercio de la coca en la época colonial:


Desde mediados del siglo XVI, inmediatamente después de la conquista, el cocaísmo se difundió rápidamente por la gran crisis económica que disminuyó considerablemente la producción de alimentos, la que afectó principalmente a los asientos mineros ubicados en los territorios de las Audiencias de Lima y Charcas. Los mitayos con la coca no sólo aminoraban el hambre generado por el déficit alimentario, sino que llegaban hasta la pérdida del apetito, es por ello que la gran mayoría de ellos, acababan desnutridos y débiles.

En los grandes asientos mineros (Potosí, Huancavelica, Caylloma, Castrovirreyna, Pasco, Otoca, etc), donde los bajos salarios no permitían hacer frente al costo de vida, el hambre de los mitayos y demás trabajadores era crónico. Hay que tener en cuenta, además: 1° Que en los asientos mineros peruanos todo era importado; y 2° Que lo que ganaban los mitayos era invertido mayormente en el pago de sus cargas tributarias. En tales circunstancias, la coca, para aquella masa mal alimentada, era un calmante de gran importancia. Solamente así podían soportar las implacables privaciones a que los supeditaba el régimen colonial. Aquí está la explicación del por qué la venta y consumo de coca era totalmente libre en los asientos mineros, lo que, a su vez, denota que entre el cocaísmo y la magnitud del déficit nutritivo existía una clara relación.[2]

El comercio de la coca en la época colonial se convirtió en un negocio inmensamente lucrativo para los hacendados españoles y criollos; además de que les permitió tener un control absoluto sobre los indígenas de esa época, pero se dice que fue un problema por el consumo indiscriminado que tuvo y por las serias consecuencias que causó a los mineros, los cuales se enfermaban fácilmente.



3. La industrialización de la coca:

Gracias a los estudios realizados por el Dr. Ciro Hurtado Flores, quien sistematizó las crónicas escritas por españoles y mestizos, se tienen las siguientes citas como la de Martin de Morúa, cronista español quien señaló lo siguiente:

“(…) esta coca lo tienen para sus contentos y regalos y la mascan y la comen (…)” (APEHCOCA 2005)

Con esta cita, el autor se refiere a que, en épocas del incanato, los pobladores solían dar como ofrenda o regalo la hoja de coca, la cual era usada como energizante gracias al masticado. Asimismo, Juan Betanzos, cronista español quien relata que:

“(…) Inca Yupanqui mandaba hacer bebida con agua y “coca molida y desmenuzada” (…)” (APEHCOCA 2005)

Juan Betanzos explica que la coca no solo era usada para masticar, sino que también servía como insumo para preparar bebidas. De esta forma, se puede observar que el consumo de coca existe desde hace varios siglos.

Este producto ha sido utilizado por años para distintos fines, desde el uso medicinal hasta el narcotráfico y venta de drogas. Por este último hecho, se crearon campañas para la erradicación del cultivo de la coca lideradas por los Estados Unidos. De tal forma, fueron pocas las empresas que sobrevivieron ante este hecho. Tal es el caso de “The Coca Cola Company”. En Perú, se creó ENACO (Empresa Nacional de la Coca) en el año de 1949. Esta entidad ha investigado y desarrollado más de doce proyectos de industrialización de la coca. Algunos de estos son los siguientes: La hoja tierna; la hoja seca-molida; la hoja seca; extracto; destilación; tallo; entre otros.
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En el campo medicinal, la harina de coca sirve como tratamiento de la adicción a cocaína y pasta de coca. Alivia los dolores musculares y de las articulaciones. Aumenta la resistencia física. Enfrenta la malnutrición y la anemia. Limpia las vías urinarias y mejora la digestión general. Regula la presión sanguínea y la glucosa. Además, es un alimento completo, asimilable y que presenta propiedades medicinales específicas. La fibra de la coca ha sido estudiada como una importante fuente de fibra dietética insoluble y por poseer compuestos bioactivos que ayudan a incrementar nuestro sistema inmunológico.
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4. La coca en el narcotráfico:

Los incas nunca se habrían imaginado las repercusiones que la hoja de coca podría traer al mundo. Según el grupo Macronconsult, empresa de consultoría del Perú:

“En el Perú contemporáneo, 8787 toneladas métricas de hoja de coca cubren con holgura la demanda para consumo religioso y tradicional; asimismo, 213 toneladas métricas, el uso industrial (que incluye su empleo farmacológico, refrescos e infusiones).No obstante, la producción total de la hoja de coca es de 109936 toneladas métricas. ¿A qué se debe esto? A que la hoja de coca es la materia prima de la cocaína (…)” (Benavides 2008:26)

Asimismo, pasaron muchos años para que se descubriera su nuevo uso como droga hasta en 1901 en que William Golden Mortimer, médico norteamericano escribió en su obra “History of coca” todos los conocimientos acerca de la hoja de coca. En ese momento fue donde se comento por primera vez acerca de la cocaína.

Este nuevo uso de la hoja de coca como narcótico destacó un gran negocio entre los llamados “narcotraficantes”. Este negocio fue aprovechado por estas personas a causa de una débil presencia del estado que no representa un riesgo para el desarrollo de sus actividades, las limitaciones de nuestras políticas antidrogas, el acceso fácil a la compra de hoja de coca abastecida por los campesinos, así como también a los 7 insumos principales para su producción.

Por otro lado, el uso ilegal de la hoja de coca genera diversas consecuencias en nuestro país, tales como el fuerte impacto ambiental causado por el narcotráfico en la deforestación por los cultivos ilegales de esta. Asimismo, el uso imperceptible de agroquímicos contamina los suelos y ríos. Otra implicancia son las consecuencias sociales que llevan consigo como la degradación de la juventud, corrupción social, acciones de violencia, daños a nivel sociopolítico (mala impresión de nuestro país afectando al turismo).
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Además, afecta sin duda al clima de negocios y de inversiones a nivel nacional, ya que los tratados de libre comercio, la reducción de la pobreza y el incremento de la inversión extranjera dependen todos de que el gobierno pueda proveer seguridad en el país y para eso, hacerle frente al narcotráfico no es una opción si no una necesidad urgente.


5. La erradicación de la hoja de Coca:

La erradicación de la hoja de coca es un tema muy politizado ya que, en un principio, cuando el gobierno decidió erradicar la hoja de coca atentó contra todos los cultivos de coca, mostrándose indiferente ante las bondades, usos culturales y nutricionales de la hoja de coca.

“La politización del conflicto se da por la reivindicación del cultivo de la hoja de coca como parte del patrimonio cultural de estos pueblos de Sudamérica, algo que es reconocido incluso por una sentencia del Tribunal Constitucional del Perú, con todo lo provechoso que sería -para consumidores y productores- si se potencia su consumo a nivel mundial en productos beneficiosos para la salud y la nutrición.” (Oré 2007)

Así, la hoja de coca representa una oportunidad de desarrollo para los pueblos que optan por sembrar este producto y usarlo como componente esencial para elaborar productos para la salud y nutrición. Esto sería legal y no habría ningún problema. Sin embargo, existen cultivos ilegales que son usados para la elaboración de coca y es este tipo de cultivos los que el gobierno debe combatir, para en vez de erradicar todos los cultivos de coca, erradicar el narcotráfico. Otro punto a favor es uno de los principios del Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC):


“(…)3. Las iniciativas para reducir la oferta de drogas no se deberán centrar en la penalización de los cultivadores (…)” (Cabieses y otros 2007: 122)


Es por este motivo que el gobierno creó y ahora promueve constantemente proyectos de política antidrogas como el Proyecto Especial de Control y Reducción de los cultivos de Coca en el Alto Huallaga (CORAH) que se basa, especialmente, en la eliminación de cultivos ilegales. Queda sentado que mientras el gobierno siga un plan antinarcóticos coherente y que no atente contra los beneficios legales y correctos que esta planta puede ofrecer a los productores, no se atenta contra los derechos de los productores legales y sobre todo, no se atenta contra el patrimonio cultural.[6]

[1] Cfr. Rospigliosi 2004: 103-107.
[2] Cfr. Mejía 1981: 260-261.
[3] Cfr. APEHCOCA 2005.
[4] Cfr. Llosa 2006: 7-8.
[5] Cfr. Rojas 1996: 140.
[6] Cfr. Cabieses 2007 : 122.

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