El Comercio de la Coca en la Epoca Colonial


La coca jugó un rol muy importante en la época colonial del Perú. Facilitó la conquista, ayudó a que surja una transculturación religiosa y permitió que la esclavitud incrementara para garantizar la explotación de los recursos.[1] Desde los inicios de la etapa colonizadora, los civiles que llegaron acompañando a los soldados (quienes se dedicaron más que nada a saquear) se dieron cuenta de que las principales riquezas de las nuevas tierras eran los vegetales y los textiles en vez de los comunes metales. [2] Sin embargo, esta planta enfrentó una serie de dificultades en cuanto a su uso. Mientras que un grupo pretendió eliminarla, otro trató de incentivar su comercio. [3]
Poco después de comenzada la conquista, los primeros comentarios acerca del consumo de la coca no eran tan denigrantes. Se la trató más que nada como feas costumbres o vicios. Incluso, Juan Martínez, en 1560, argumentó que esta había sido creada por Dios para saciar las necesidades de los indígenas; por lo tanto, nada creado divinamente podía ser malo. De esta forma, el consumo de esta paso de ser exclusiva de los indígenas a parte del uso diario de los españoles. [4]
Por otro lado, la concepción de la coca tomó otro rumbo. El concilio eclesiástico de Lima en 1551 concluyó que esta debía ser eliminada por completo al estar vinculada con el Diablo y no ser parte de una creación de Dios. Todo esto se difundió más aún con la campaña de extirpación de idolatrías. [5] Sin embargo, esto duró poco porque los principales beneficiados con el comercio y consumo de la coca fueron los españoles.
Con el surgimiento de la nueva mina de plata de Potosí, se movilizó gran cantidad de indígenas a la zona para la mita minera. No tardó en comprobarse de que estos tenían una mayor eficacia consumiendo coca. Un indígena, a pesar de estar en condiciones infrahumanas, podía trabajar en la mina por 48 horas masticando coca. La iglesia, por su parte, comenzó a adquirir haciendas cocaleras y a cobrar diezmos de hoja de coca. [6] La mina de Potosí pasó a ser una gran fuente consumidora de coca. Ya para 1571, Polo de Ondegardo sostuvo que había 50 veces más plantaciones de coca que en el incanato. [7] Esto se explica a causa de la gran explotación hacia los indígenas. Los españoles obtuvieron un producto que les costó barato y muy rico en nutrientes, los cuales ayudaron a que los indígenas sean más eficientes. Uno de los puestos de trabajos mayor beneficiados con esto fue el de los encomenderos. [8] Muchos colonos se dedicaron al comercio de la coca a la vez que otros compraban grandes áreas para dedicarse a las plantaciones. En el siglo XVI, aproximadamente 2000 españoles tenían negocios en coca. En cuestión de tiempo, el comercio de la coca pasó a ser una gran fuente de ingreso de la corona. En paralelo, la ciudad de Pocona se convirtió en un gran centro productor de coca y se volvió una de las más ricas encomiendas.[9] La iglesia se vio favorecida con el cobro de diezmos. Asimismo, en esa época, se comenzó a importar esclavos desde argentina a carencia de indígenas en la zona. Los médicos, por su parte, implementaron la coca como insumo de sus remedios.[10] Muchos indígenas se convirtieron comerciantes de coca, la cual la transportaban en sus lomos por las yungas desde La Paz hasta Potosí. Por último, la coca fue usada como un objeto de intercambio, generalmente a cambio de ganado u otros productos altamente valorizados. [11]


[1] Cfr. Herbogéminis 2009.
[2] Cfr. El mundo andino: Población, medio ambiente y economía 2002: 360.
[3] Cfr. Museo de la Coca s/f.
[4] Cfr. Narcotráfico: Europa, EEUU, América Latina 2007: xiv.
[5] Cfr. Narcotráfico: Europa, EEUU, América Latina 2007: xiv – xv.
[6] Cfr. La hoja de coca en Bolivia. Fragmento de entrevista a Sdenka Silva en el documental Koka Zero s/f: 1.
[7] Cfr. Revista Ser Indígena 2005.
[8] Cfr. Consumo tradicional de la hoja de coca en el Perú 2004: 16.
[9] Cfr. La revalorización y dignificación de la hoja de coca s/f.
[10] Cfr. Narcotráfico y política: militarismo y mafia en Bolivia 1982: 19.
[11] Cfr. La coca en la historia de Bolivia 1995.








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